Conozco a Pamela de cuando me dedicaba al marketing, de esto ya hace 10 años, y a pesar de no podernos ver como queríamos, hemos ido hablando a través de las Redes Sociales ¡maravillosas redes!. Así que cuando Pamela decidió que se casaba con Sergio, me llamó y me explicó la fiesta que estaban preparando.
Y es que me insistió mucho en qué era una fiesta, no una boda. Que no habría protocolos, pero si mucha gente de fuera que vendría para acompañarlos y que era importante que quedara ese recuerdo tan intenso muy fotografiado en el reportaje de boda.
Ella es argentina, alegre, divertida y muy loca, y toda la fiesta fue así. Espontánea, sin cosas que las hicieran por compromiso, solo celebrando que se quieren y celebrándolo con la familia y los amigos.
Así que la entrada de la novia fue a ritmo de «txatxan txatxan», coreado por los invitados, entre aplausos. De verdad, fantástico.
Consiguieron que fuera una fiesta.
Los novios se bañaron en la piscina antes de hacer la comida, se cambiaron de ropa, y disfrutaron frescos y relajados de su fiesta. ¿Qué es sino casarse? Celebrar el amor todos los que están, juntos.
Hubieron momentos muy emotivos, y lancé yo también un beso al cielo, por aquellos que no pudieron estar, pero que por un agujero, seguro que os miran.
Toda la felicidad del mundo, y que sigas siendo tan alocada y feliz, como siempre.
Laia Ylla
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