A veces tengo la oportunidad de hacer reportajes que son más que un trabajo. Que son un homenaje a quien tengo delante, un regalo que llega de una manera inesperada.
Y es que en esta fiesta, se celebraba que hay dos personas que se quieren, Joseluís y Carlos.
Y diréis, ¿y que tienen de especial?
Pues Joseluís fue cómo un tío para mí, como un hermano mayor, que trabajó unos años en el negocio familiar. Compartía las tardes con él, había días que me venía a buscar al colegio, y no paraba de jugar conmigo, de hacerme reír, y yo le hacía las mil y una.
Pasaron los años, y aunque ya no teníamos el negocio, Joseluís seguía viniendo a vernos la noche antes de Reyes. Era un momento esperado para todos, que se había convertido en un clásico en casa de los Ylla. Sólo nos veíamos aquel día en todo el año y, muchas veces no volvíamos a hablar hasta días antes, pero sabíamos que no faltaría a la cita.
Mis padres para Joseluís fueron muy importantes y a la inversa. Y es que Joseluís es especial. Una persona íntegra, dispuesta a ayudar siempre, honesta, con un corazón que no le cabe en el pecho. Y a pesar de todo lo que haya podido pasar en su vida, siempre siempre, lucha por los suyos.
Ahora ha encontrado a alguien quién le quiere, y no sabéis qué contentos estuvimos en casa cuando nos lo explicó.
A Carlos no lo conozco tanto (ya tendremos tiempo), pero es cierto que la gente buena encuentra quién lo complementa, porque finalmente ha encontrado alguien a su altura, y juntos de la mano llegarán donde quieran ir.
Fui muy feliz de poder inmortalizar este momento, al cabo de tantos años, estas dos almas se han encontrado.
Que seáis muy felices y que sigamos estando cerca.
Laia Ylla
Càtering: Urban Bbq
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