Laura y Rubén se casaron en noviembre, cuando la luz es tan bonita, ya de invierno.
Hicieron una boda civil en el bosque del Mas de Can Riera y los acompañaban amigos y familiares para disfrutar del día.
Hacía un sol radiante y al atardecer ya hacía frío, pero en estos días de invierno cuando el sol calienta, se está muy bien y las bodas son mágicas.
Laura entró por la parte de arriba del bosque, y el silencio se hizo.
La novia estaba radiante y recuerdo parlamentos llenos de emoción entre lágrimas durante la ceremonia. Cuando la emoción no se puede contener es genial, ¿no te lo parece?
Pero las palabras de emoción, que más me llegaron, ya en el banquete, fueron las de Rubén, diciendo que era el mejor día de su vida. Cuando las parejas dicen estas cosas, la verdad que me emociono, porque se puede sentir esta alegría por todas partes.
Hicimos dos escapadas extras a hacer unas fotos de la pareja, y es que la luz por la tarde era tan bonita que no me pude resistir a pedirles que saliéramos solo 5 minutos solo a hacer unas fotos en una puerta preciosa que hay en el Mas, con la hiedra empezando a volverse roja. Y las fotos que siempre hago finales, una vez se ha hecho por la noche, para cerrar el reportaje.
¡Que seáis muy felices!
Laia Ylla
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