Las sesiones de invierno tienen magia.
Mañanas en silencio, de aire frío, de jerseys y bufandas, y de conectar con el alrededor. De cielos brillantes y sol que se escuela entre las hojas de los árboles, y familias que vienen a pasarlo bien.
Sin posar, como me dijeron Aina y Marc, que venían con su hija Gala a hacerse una sesión de familia para tener de recuerdo. Sin que hubiera que ser ninguna fecha especial, ni Navidad, ni un cumpleaños…porque sí, porque les apetecía tener unas fotos de los tres, donde salieran pasándolo bien.
Así que paseamos y todo va fue surgiendo. Sin mirar a cámara, jugando con sombreros y gorros de madre e hija, sentados en el suelo mirándose entre ellos. La luz hacía el resto dibujándose en esta bonita mañana.
¿No crees que no hace falta ninguna excusa para hacerse una sesión de fotos en familia?
Laia Ylla
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